lunes, 20 de febrero de 2012

Diferenciar entre investigación y evaluación educativa o social


Escritor
Investigar - evaluar
En nuestro quehacer cotidiano, los profesionales de la educación  estamos expuestos a observar actividades que se pueden mejorar. El primer paso es una indagación que nos dé un panorama de lo que nos interesa.

Algunas veces pensamos cómo mejorar o actualizar algún proceso o actividad, nos interesa contribuir con nuevos conocimientos para la comunidad científica a la que pertenecemos. Iniciamos una investigación que es una actividad académica, enseguida situamos el contexto y nos centramos en el objeto de estudio. Diseñamos el método de investigación y ubicamos a los destinatarios, para que finalmente publiquemos los resultados de nuestro trabajo que se publican en un artículo, informe (Bustelo, 2003)

En otras ocasiones, observamos que los resultados de una actividad educativa (o social) no corresponden a los objetivos o que las actividades no están enfocadas a los resultados esperados, necesitamos evaluar. Entonces nuestras acciones se dirigen hacia determinar el valor del objeto que nos interesa evaluar de una manera práctica. Nuestra actividad debe tener  una utilidad, ya sea mejorar programas educativos o sociales o la ilustración de acciones futuras. Se debe realizar para un tiempo preciso.

Es necesario identificar el escenario y el objeto de estudio, el cómo abordar el problema. Los instrumentos de evaluación corresponden al método que vayamos a utilizar. Los destinatarios de la evaluación son personas concretas, clientes, patrocinadores, etc. Los resultados se muestran a quien solicito la evaluación (podemos ser nosotros los interesados), lo cual permite una intervención pedagógica o social. 


Evaluación Educativa 
Carlos Palmieri considera que investigamos y paralelamente evaluamos a lo largo de nuestra vida; y a lo largo de la historia, el ser humano ha implementado estrategias de evaluación, desde la selección de funcionarios de la China Antigua, los exámenes públicos realizados en la Edad Media, los diplomas de gradación del siglo XIX, hasta los tests psicométricos de finales del Siglo XIX, que marcan el inicio de la investigación educativa (Escudero, 2033). 


El proceso de construcción el concepto de evaluación ha transitado un camino largo hasta llegar a lo que, Guba y Lincoln consideran la cuarta generación que consolida la investigación evaluativa, la cual se lleva a cabo dentro de los planteamientos metodológicos del paradigma constructivista. Aunque agregaría la opinión de Raquel Quezada sobre considerar también las circunstancias y las condicionantes. 


Scriven supone que un trabajo de investigación debe ser: "a) útil, que proporcione información a tiempo e influir, b) factible, debe suponer esfuerzo realizado y debe ser politicamente viable, c) apropiada, adecuada, legítima, esto es, ética y justa con los implicados, y d) segura y precisa a la hora de ofrecer información y juicios sobre el objeto de la evaluación (Escudero, 2003). 


Reflexión
Identificando las características de los conceptos: investigación y evaluación que nos marca Bustelo, así como los criterios para una evaluación educativa profesional sugeridos por Tomás Escudero, nos podemos formar un juicio que repercutirá al realizar nuestro trabajo como investigadores.


Referencia
Bustelo, M. (s/f) Diferencias entre evaluación e investigación: una distinción necesaria para la identidad de la evaluación de programas. Recuperado de: http://www.unidaddeigualdad.es/documentos_contenidos/1150_69457135_DiferenciasInvestigEval.pdf
Escudero, T. (2003). Desde los tests hasta la investigación evaluativa actual. Un siglo, el XX, de intenso desarrollo de la evaluación en educación. RELIEVE: v. 9, n 1, p 11-43. Recuperado de: http://www.uv.es/RELIEVE/v9n1/RELIEVEv9n1_1.htm

miércoles, 15 de febrero de 2012

Construyendo la identidad del investigador


Resumen

Es difícil llevar nuestros actos por una ética profesional, si no hemos sido formados en ella. Quizá por desconocimiento, quizá por vanidad, quizá por entregar a tiempo un trabajo, el aprendiz  realiza un plagio, sin pensar que además de ese acto indigno, no está cumpliendo con los propósitos académicos y se está formando como un mal investigador.

Un factor importante en la labor de los profesionales de la educación es ayudar a sus estudiantes a construirse como investigadores, tarea muy difícil, pero la satisfacción de lograrlo es el mejor premio que puede recibir.

Introducción

El propósito de este ensayo es identificar, en cierta medida, las razones que llevan al investigador a cometer plagio. Cómo, en algunos casos, las circunstancias, un pobre concepto de nosotros como investigadores, así como un raquítico ejercicio en la construcción de un pensamiento con principios éticos, nos lleva al plagio. De igual manera, se hace mención de algunas estrategias y condiciones que llevan a un investigador a realizar un trabajo de calidad, que se cumpla con los códigos de ética que la sociedad demanda. Finalmente se hace alusión a algunas características que permiten conformar, a lo largo de nuestro quehacer profesional, nuestra identidad como investigadores.

Origen del plagio

"... no se detuvo a considerar el talento del galardonado;
 recordó que el premiado tiene la costumbre de firmar, 
como si fueran suyos, textos ajenos"
Guillermo Sheridan

Plagiar: copiando literalmente un escrito sin dar crédito al autor, robando las ideas de otros, usando la propiedad intelectual sin permiso son actos que no deberían realizar los individuos. El saber de la humanidad se ha construido tejiendo el esfuerzo de los sabios, de los estudiosos y de quienes han llevado una vida de respeto y en beneficio a la colectividad.  

Pero, cuáles pueden ser los motivos que llevan a un investigador (sobre todo al aprendiz) a presentar los resultados de un trabajo de investigación con ideas que no le pertenecen y que tarde o temprano se descubrirá su suplantación.  ¿Por qué el plagio?, ¿por qué tomar un texto ajeno, como se “adopta” un hijo?, ¿por qué desvirtuar nuestro trabajo intelectual con un escrito que no parece nuestro?

Cuando nos iniciamos como investigadores nos enfrentamos a múltiples factores que como lastres nos impiden desarrollar nuestras ideas en su máximo potencial. Las actitudes, los sentimientos, los estados de ánimo y una percepción en proceso de desarrollo influyen en nuestras decisiones, generando resultados, algunas veces, muy lejanos a los esperados.

Otro obstáculo al que nos enfrentamos como investigadores es el miedo a la crítica, mostrar nuestros escritos ante una comunidad intelectual nos provoca inseguridad y angustia, miedo a no cumplir con los criterios o requisitos de pertenencia  a ese grupo. La evaluación que nos hagan nuestros compañeros y/o profesores nos angustia. Consideramos que no somos competentes, ni eficaces para la investigación.

Esta inseguridad y este miedo escénico se manifiestan porque nuestra identidad como investigadores aún no se ha formado, porque para poseerla tenemos que pasar por un trabajo arduo y extenso. Tenemos que construirla paso a paso, analizando, argumentando, comparando, escribiendo, corrigiendo y volviendo a escribir. Así, entre más seguros estemos, más aumenta nuestro interés por la investigación y la escritura. Pero, ¿Cómo lograrlo?


Cómo investigar sin cometer plagio

El investigador no nace, se hace con esfuerzo, con constancia y compromiso, con valores y con principio éticos. Savater (2003), asegura que “la ética es una condición de reflexión individual que cada quien lleva sobre su propia libertad.” La libertad que nos permite elegir cómo vivir, constituyéndonos y construyendo nuestra sociedad.

Otro factor importante a la hora de investigar es desarrollar un pensamiento crítico. Spíndola (1996) considera siete actitudes mentales para desarrollarlo: humildad intelectual, valentía intelectual, empatía intelectual, integridad intelectual, perseverancia intelectual, confianza en la razón y sentido intelectual de justicia.

Por lo cual, asumir un pensamiento crítico en la investigación es un ejercicio que rompe con nuestras creencias para dar paso a nuevas ideas que formen un ciudadano pensante, crítico y cuyas decisiones estén centradas en beneficio de la sociedad, con la suficiente sabiduría para aceptar las ideas y percepciones de los demás.

Desarrollar un pensamiento crítico es pensar en información y en cómo vamos a asimilarla, a integrarla en nuestro trabajo de investigación y también en nuestra vida, con la conciencia de qué el impacto que tendrá en nuestras decisiones será en beneficio de un bien común.

Si bien una reflexión ética y un pensamiento crítico son importantes, a la hora de realizar una investigación debemos considerar algunas acciones, como las siguientes:

  • Definir el tema que vamos a investigar y delimitarlo
  • Hacer acopio de diversas fuentes de consulta
  • Tener claro el objetivo de nuestra investigación
  • Estar conscientes de nuestra identidad como investigadores
  • Mirar nuestro futuro como investigadores
Estas acciones se deben realizar con el ritmo necesario, revisando y reformulando constantemente. Argumentado y, si es posible, escuchando puntos de vista diferentes al nuestro, lo cual nos da la oportunidad de buscar nuevas ideas, madurarlas y reconstruir nuestro trabajo de investigación.

Estas son sólo algunas de las estrategias que contribuyen en la construcción de nuestra identidad como investigador. Somos nosotros quienes decidimos qué es lo que queremos expresar, qué imagen queremos representar ante nuestra sociedad. La identidad de investigador con ética e intachable que se compromete con quien lo lee; o la de un pseudo investigador, cuyos escritos no sean tomados en cuenta y quizá, ni siquiera leídos. La decisión es nuestra.

Un triste ejemplo de plagio es el otorgado a Sealtiel Alatriste, Coordinador de Difusión Cultural UNAM, por el  Ensayo sobre la ilusión y Geografía de la ilusión, del cual varios intelectuales mencionan plagio sobre  textos de Henry James. A lo cual Gabriel Zaid, escritor y crítico menciona “y una desgracia del Premio Xavier Villaurrutia es que haya sido colonizado por la UNAM, que impuso como premiado a su coordinador de Di-fusión Cultural, Sealtiel Alatriste”  (Hiriart, 2012)


Identidad del investigador

Después de tantos años estudiando la ética, 
he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes: 
coraje para vivir, generosidad para convivir y prudencia para sobrevivir.
Fernando Savater


Pues bien, el trabajo de investigación que realizamos día a día es sólo uno de los peldaños que nos permitirán llegar a la meta que hayamos visualizado. La claridad de lo que queremos nos llevará a construir nuestra identidad como investigadores.

Coraje para vivir, decidiendo con la responsabilidad ética de los hombres cuyas ideas han contribuido a la construcción de la humanidad. Coraje para actuar aun en contra de una mayoría  individualista, pero con justica y a favor de una minoría desamparada. Coraje para hacerse escuchar y respetar por los enemigos de la humanidad, por los que sólo actúan en favor propio.

Generosidad para convivir con los sabios y con los que carecen de una visión abierta, para compartir el conocimiento que tanto esfuerzo nos ha costado adquirir y para aceptar las perspectivas de otros, que nos afectan y que nos hacen dudar.

Prudencia para sobrevivir en un mundo donde hay más individuos que buscan su beneficio personal en detrimento de los demás. Prudencia para respetar las ideas de los otros, para analizarlas y prudencia para aceptarlas como propias. 

Conclusiones

Si bien, el plagio es un mal que aqueja a la comunidad intelectual, también es cierto que muchas personas no tienen una clara conciencia de las consecuencias de este acto. Sin embargo, corresponde a nosotros como profesionales de la educación sembrar en nuestros estudiantes principios éticos, así como el interés de un crecimiento como profesionales comprometidos con el bienestar común, lo cual no será en detrimento del beneficio personal, sino que se verá reflejado en la comunidad.

Sólo me resta citar a Silva-Herzog, quien considera que la exigencia básica en cualquier trabajo intelectual, corresponde al compromiso forzoso de quien escribe y firma un texto con su nombre.

Referencias

Buendía, L. y. (s.f.). La ética de la investigación educativa. Recuperado el 8 de Febrero de 2012, de Universidad de Granada: http://www.uhu.es/agora/version01/digital/numeros/01/01-articulos/miscelanea/buendia.PDF
Galán, A. (19 de Noviembre de 2010). Revista iberoamericana de educación. Recuperado el 8 de Febrero de 2012, de Ética de la investigación: www.rieoei.org/jano/3755GalnnJano.pdf
Hiriart, P. (13 de Febrero de 2012). La razón. Recuperado el 10 de Febrero de 2012, de Descubren que el director cultural de la UNAM fusila textos.: http://www.razon.com.mx/spip.php?article110438
Savater, F. (2003). Los caminos para la libertar. Ética y educación. Madrid: FCE, ITESM.
Silva-Herzog, J. M. (6 de Febrero de 2012). Reforma.com. Recuperado el 8 de Febrero de 2012, de Celebración del plagio: http://www.reforma.com/editoriales/nacional/644/1287742/default.shtm?plazaconsulta=reforma&
Renuncia Alatriste al Premio Xavier Villaurrutia. Recuperado el 15 de Febrero de 2012, de http://www.proceso.com.mx/?p=298323